C O N S T E L A C I O N E S
La noche estrellada es una de las visiones más espectaculares que nos obsequia la Naturaleza. El hecho de contemplar diferentes grupos de constelaciones y objetos celestes que salen y se ponen, el devenir de las horas, estaciones y ciclos cambiantes de fases lunares advierte al ser humano el continuo cambio cíclico en los fenómenos celestes, y como bien se dice en un excelente libro sobre Astronomía, “El Alma de la Noche” de Chet Raymo, “ Nuestra envoltura azul nos mantiene aislados, y únicamente por la abertura de la noche, vislumbramos el infinito… “
Foto de la constelación de Osa Mayor, con el nombre de sus principales estrellas. © Akira Fujii
En noche cerrada y lejos de las luces contaminantes de las ciudades, las estrellas aparecen como puntos luminosos “insertados” en la bóveda celeste; su brillo es por lo general fijo, aunque puede sufrir pequeñas variaciones en el mismo debido a la presencia de nuestro escudo protector, la atmósfera terrestre. En efecto, cuando la noche está despejada se puede observar un pequeño cambio en el brillo de la estrella bien cuando está a gran altura (tililamiento) o bien observar las estrellas con colores e imagen inestable, cuando está cerca del horizonte por donde sale y/o se pone. Este efecto es causado por corrientes de convección atmosférica que afectan a la imagen de la estrella. Todas las estrellas, a semejanza de nuestro Sol, son esferas gaseosas emisoras de radiación electromagnética.
Las estrellas tienen diferentes tamaños, luminosidades y colores de acuerdo a su temperatura superficial; así por ejemplo, se puede comprobar a simple vista el tono rojizo de Betelgeuse o Antares, ó el tono blanco azulado de Sirio y Vega. Los planetas en cambio son cuerpos fríos que brillan debido a la reflexión en su atmósfera o superficie de la luz emitida por el Sol. Los planetas se mueven por la esfera celeste, y por este motivo no se les puede ubicar en una posición fija en los mapas de estrellas.
A simple vista, en noche despejada y sin luna, es posible observar 2.000 estrellas en la bóveda celeste. El cielo se dividió en 88 constelaciones; estas “parcelas” celestes están formadas por estrellas situadas a diferentes distancias. Este hecho provoca que en el transcurso de períodos temporales superiores a 100.000 años, el aspecto del cielo vaya variando en cuánto al aspecto de las diferentes constelaciones que poco a poco van perdiendo sus formas características (por no estar situadas a la misma distancia). Ahora bien, en el transcurso de una vida humana prácticamente no se produce ningún cambio aparente en la posición de las estrellas, Por tanto es fácil comprender porque todos los pueblos antiguos creían en la constancia de la bóveda celeste.
Los primeros registros de observaciones celestes muestran que en la antigua Babilonia, hace 3.500/4.000 años, ya se conocían las constelaciones zodiacales, debido al hecho de que las observaciones astronómicas primitivas estaban más enfocadas hacia la interpretación de los movimientos de los planetas y la luna para la confección de cartas natales astrológicas. La noche es un registro vivo de la historia humana, ya que los nombres de las estrellas y las constelaciones donde se ubican, están relacionados con los mitos y leyendas de pueblos y civilizaciones humanas. Sirio significa “centelleante” ó “abrasador”, Arturo “El guardián de la Osa”. El nombre de las estrellas procede de varios pueblos y civilizaciones; así por ejemplo, Canopus (Carina) procede del griego, Capella (Auriga) del latín, Nunki (Sagitario) del sumerio, Tsih (Cassiopea) del chino, Aldebarán (Tauro) del árabe, etc.
El astrónomo griego-egipcio Ptolomeo fue quizás el más famoso de toda la Antigüedad. A mediados del siglo II después de Cristo, compiló información sobre 1.022 estrellas, agrupadas en 48 constelaciones, aunque conviene dejar claro que estas constelaciones eran visibles desde la latitud de Alejandría donde vivió este gran astrónomo. Ptolomeo recopiló esta información en su famoso libro “Almagesto”, que durante 15 siglos fue la referencia obligada que mostraba los conocimientos astronómicos de la Humanidad.
Las estrellas más brillantes de cada constelación han sido designadas con las letras del alfabeto griego, de acuerdo a su brillo aparente; en efecto, por lo general la estrella más brillante de la constelación ha sido designada con el nombre de Alfa, la segunda en brillo Beta, y así sucesivamente. Aunque hay excepciones a esta regla, (este tipo de designación fue introducida por Bayer a finales del siglo XVI) se sigue usando en la actualidad y se denomina designación Bayer. Otra manera de designar a las estrellas, denominada número de Flamsteed, ordena a las estrellas, numéricamente de menor a mayor, por ascensión recta creciente. Por tanto, y resumiendo a las estrellas más brillantes de cada constelación, se las puede denominar de tres maneras, por su nombre propio (Aldebarán, Rigel, Arturo, etc.), por su letra griega (alfa, beta) y por el número de Flamsteed. Por ejemplo, la estrella más brillante del Escorpión es Antares, Alfa Escorpio y 21 Escorpio. Antes de que en 1930 la Unión Astronómica Internacional definiera las reglas de ordenación de constelaciones, éstas no tenían limites; después de esta ordenación hay estrellas que forman parte de constelaciones en las que no fueron inicialmente situadas por Flamsteed.
Entre los principales catálogos de objetos de Cielo Profundo, podemos citar dos que son los más utilizados por los Astrónomos No Profesionales (ANP) (una manera a mi entender más digna de designar a los astrónomos “aficionados” que no somos profesionales), son el catálogo de Messier y el New General Catalogue (NGC) compilados por el astrónomo francés Charles Messier y por Dreyer respectivamente. El catálogo de Messier incluye 110 objetos (cúmulos. nebulosas planetarias, brillantes, galaxias) y originariamente fue realizado por este astrónomo para no confundir este tipo de objetos en sus búsquedas de nuevos cometas; El catálogo NGC (que por cierto tiene dos suplementos designados como IC) contiene cerca de 10.000 objetos. De igual manera que en el caso de la designación de estrellas, cualquier objeto de cielo profundo puede tener varias designaciones, como por ejemplo la Gran Galaxia de Andrómeda, que es M 31 y NGC 224.
Para determinar las posiciones de los objetos celestes, los astrónomos usan un sistema de coordenadas astronómicas similares a la latitud y longitud terrestres; la coordenada celeste similar a la longitud, se denomina declinación, y la equivalente a longitud es denominada ascensión recta.
La declinación se mide en grados, minutos y segundos, y es la posición al Norte o Sur del ecuador celeste (se debe usar en la notación el símbolo + y -). La declinación puede variar de 0º a 90º Norte ó Sur del ecuador celeste; debe recordarse que el ecuador celeste es la prolongación teórica del ecuador terrestre en la bóveda celeste. La ascensión recta es medida en horas, minutos y segundos de 0 a 24 horas (los objetos celestes en 1 hora de tiempo se mueven 15º en el cielo. Si multiplicamos 15 x 24 = 360º ). El origen de la ascensión recta, 0 horas, está definido por el punto donde el Sol cruza el ecuador celeste en su viaje anual hacia latitudes boreales. Astronómicamente, este punto es designado con el nombre de equinoccio vernal.
Todas las estrellas visibles a simple vista en los cielos terrestres pertenecen a la Vía Láctea; los únicos objetos que podemos vislumbrar a simple vista que no pertenecen a nuestra Galaxia, son varias galaxias externas cercanas, siendo por orden de distancias, las dos Nubes de Magallanes, galaxias irregulares satélites de la Vía Láctea (la Mayor a 179.000 a-l y la Menor a 210.000 a-l) y las galaxias del Grupo Local, la Gran galaxia espiral de Andrómeda ( M 31) y la galaxia espiral del Triángulo (M 33),satélite de M 31, situadas ambas a 2.500.000 a-l.
Las estrellas más brillantes a simple vista, son por lo general las más cercanas, y éstas son las que antes cambian de posición en el cielo; en efecto, desde la época de Halley se determinó que las estrellas cambian en posición (movimiento propio), debido a su giro alrededor del centro galáctico (el Sol tarda 250 millones de años en efectuar una órbita completa). Este cambio en posición va en función de la distancia a la estrella, de manera que cuánto más cercana está, en menor tiempo será notable su desplazamiento. En intervalos por encima de 100.000 años, el aspecto de las constelaciones actuales habrá cambiado considerablemente.
A continuación figuran las tablas con los datos astronómicos de las estrellas que conforman las constelaciones zodiacales. En mi libro «EL VIGÍA DEL COSMOS» figuran todas las constelaciones visibles desde el Hemisferio Norte, así como mapas para su observación. Los datos de las columnas son:
* Columna Estrella
Nombre popular de la estrella en los principales libros y/o manuales de estrellas; por ejemplo, el Burhanm’s Celestial Handbook (3 tomos), o en el reciente y espectacular “The Night Sky Observer’s Guide” a mi juicio las dos mejores referencias bibliográficas, sobre las constelaciones y los objetos de cielo profundo que se pueden observar en ellas.
* Columna SAO
Nº de la estrella en el catálogo Smithsonian Astrophysical Observatory, que ha sido hasta la realización de los catálogos Tycho e Hipparcos, la fuente más fiable sobre las posiciones, brillos y coordenadas de las estrellas más brillantes del cielo.
* Columna Designación Bayer / Flamsteed
Designación introducida por Bayer a finales del siglo XVI, para ordenar a las estrellas por brillo aparente, de mayor a menor, en función de las letras del alfabeto griego.
Flamsteed las ordenó numéricamente, de menor a mayor, por orden creciente de ascensión recta.
* Columna mv
Magnitud visual de la estrella (las más débiles a simple vista son de mg 6.)
* Columna MB
Magnitud absoluta de la estrella
* Columna Espectro MKK
Espectro asignado a la estrella en el diagrama Hertzsprung-Russell
Clasificación de Morgan-Keenan-Kellmann para diferenciar los diversos tipos de estrellas desde I (Supergigantes) a V (Secuencia Principal)
* Columna Índice de color (B-V)
Índice para medir el color de las estrellas en diferentes longitudes de onda
* Columna Coordenadas 2000
Coordenadas astronómicas, ascensión recta y declinación, para el equinoccio del 2000, de la estrella citada.
* Columna Distancia (a-l)
Distancia a la estrella en años-luz, 1 A-L equivalente a 10 billones (1012) de Km, obtenida de las mediciones del catálogo del Hipparcos
Z O D I A C A L E S
ARIES ( A R I )
Aries © Akira Fujii
TAURUS (T A U )
Tauro © Akira Fujii
GÉMINIS ( G E M )
Géminis © Akira Fujii
CÁNCER ( C N C )
Cáncer © Akira Fujii
L E O ( LEO )
Leo © Akira Fujii
VIRGO ( V I R )
Virgo © Akira Fujii
L I B R A ( L I B )
Libra © Akira Fujii
ESCORPIÓN ( S C O )
Escorpión © Akira Fujii
SAGITARIO ( S G R )
Sagitario © Akira Fujii
CAPRICORNIO ( C A P )
Capricornio © Akira Fujii
ACUARIO ( A Q R )
Acuario © Akira Fujii
PISCIS ( P S C )
Piscis © Akira Fujii
En mi libro «EL VIGÍA DEL COSMOS» figuran todas las constelaciones visibles desde el Hemisferio Norte, con los nombres y características más importantes de las estrellas más brillantes, así como mapas, tanto generales como detalladas, de cada constelación y los objetos de cielo profundo que contiene.