OBSERVATORIO URANIA
Telescopio SW Stargate Synscan GoTo de 20” (0.51 ms. de abertura)
El observatorio Urania dispone desde primeros de Julio de 2016, un nuevo telescopio con el que poder contemplar la esfera celeste. El nuevo telescopio es el SkyWatcher Stargate Synscan GoTo de 20” (0.51 ms) de abertura, f/4, con el que se realizarán de manera regular observaciones de ocultaciones de estrellas por asteroides, cometas, objetos de Cielo Profundo y sobre todo observación de estrellas variables.
Por este último motivo, observación de estrellas variables, el telescopio ha recibido el nombre de “Argelander”, en homenaje a F.W.A. Argelander, astrónomo alemán del siglo XIX, director del observatorio de Berlín y que estableció el método pionero que hoy todavía se sigue usando para la determinación del brillo de cualquier estrella, el famoso método de los pasos y/o comparación del brillo de estrellas.
Creo que antes de describir este nuevo instrumento del observatorio conviene hace un poco de historia (será porque me voy haciendo viejo, ya que mi próximo cumpleaños me introducirá en el umbral de mis 60 años…)
Mi relación con la Astronomía empezó hace muchos años, cerca de 42 años, cuando realicé mis primeras observaciones astronómicas con el telescopio Makustov de 15 cms. de abertura de un amigo. Al revés que a mucha gente estas primeras observaciones espolearon todavía más mis ansias de observar los objetos celestes, a los pocos meses yo también disponía de un telescopio similar y empezaron mis primeros paseos estelares.
Como anécdota de estas primeras observaciones, estamos hablando de los primeros años 70, cuando todo el material astronómico que ahora inunda el mercado (telescopios, accesorios, cámaras CCD, mandos Autostar, ec. etc.) no estaba presente y era muy difícil la mera adquisición de cualquier accesorio, espejos, arañas, buscadores, oculares, etc. Recuerdo que para usar este telescopio, con un diseño semejante a los modernos Schmidt-Cassegrain, con agujero central en el espejo principal; pues bien quitaba y ponía el prisma cenital con el ocular y a través de la mancha de difracción de estrellas y objetos brillantes que veía enfocados en la lente correctora del sistema óptico, entonces volvía a colocar el prisma con el ocular y contemplaba ese brillo que había podido observar; o sea para que nos entendamos, no tenía buscador y esa era mi única manera de poder ver objetos celestes (por supuesto sin la ayuda de los famosos “maquinillos´” infernales con dispositivo GoTo, que todavía tardarían algunas decenas de años en ser usados…)
Ahora que me he vendido al “oro” de Moscú y uso este tipo de dispositivos porque reconozco que ayudan y facilitan mucho las observaciones astronómicas, me acuerdo de aquellos tiempos heroicos y me sorprendo que todavía siga observando la bóveda celeste, a pesar de estas primeras observaciones tan arduas y difíciles de realizar.
Algunos años después de este primer telescopio, me hice mi primer telescopio con la ayuda de un gran amigo observador, Diego Rodríguez, con el que todavía comparto, tanto amistad como fisión por las estrellas; yo sigo observando visual y con mi flamante Orion aunque Diego se ha pasado definitivamente al “lado oscuro” y tiene prácticamente robotizado un telescopio de 25 cms, con el que realiza gran cantidad de observaciones astronómicas con dispositivos electrónicos tipo CCD.
Este primer telescopio, fue realizado de manera completamente artesanal, con un espejo que me proporcionó el famoso constructor de espejos catalán Josep Costas (muerto hace ya un par de años); fue el espejo “Alpheratz”, de 25 cms. f/5.6 que todavía conservo…
Con este nuevo y flamante telescopio empecé a realizar mis primeras observaciones de variables, entrando en 1978 como miembro de la AAVSO (American Association of Variable Star Observers). Desde entonces, y ya ha llovido mucho, he realizado unas 85.000 estimaciones del brillo de estrellas variables de todos los tipos (supernovas, novas clásicas, novas enanas, R Crb, Miras, etc.).
Desde entonces he seguido realizando este tipo de observaciones, siendo miembro de diferentes organizaciones de astrónomos no profesionales como la AFOEV francesa, la VSNET japonesa, etc. ya que sigo siendo consecuente con la afirmación del famoso astrónomo alemán Argelander “que cualquier tipo de observación astronómica, nunca debe quedar “dormida” en el cajón de la mesa del observador”. En general me interesa cualquier tipo de observación astronómica, desde cometas a oposiciones planetarias, supernovas brillantes, ocultaciones estelares, observaciones heliofísicas, lunares, planetarias, etc. etc.
Años después de construir este telescopio, en 1984, di un nuevo salto en mi instrumental pudiendo disponer de los primeros espejos de la generación de espejos Dobson (de gran abertura y ligeros) y me construí mi primer telescopio Dobson de 33,6 cms. de abertura de la casa americana Coulter, que un amigo piloto me trajo de USA.
En 2001, y con motivo de primer viaje a un eclipse total de Sol, el que aconteció en el sur de África (el eclipse lo vi con un grupo de amigos y alumnos en el parque nacional de Kafue en Zambia) adquirí otro telescopio el Vixen eclipsero de 15 cms,. con el que aparte de ver el eclipse realizamos nuestras primeras observaciones telescópicas de objetos del hemisferio Sur (Omega Centauro, alfa y beta Centauro, Cruz del Sur, Saco de Carbón, etc.)
En el año 2008 adquirí un nuevo telescopio, Meade LX200 motorizado de 25 cms. de abertura, sobre todo para las salidas de mis Cursos Urania de Astronomía y otras actividades como Maratones Messier y otros Cursos que impartía.
No obstante, el telescopio con el que seguía realizando observaciones de variables, era mi querido Dobson de 33,6 cms. En el año 1997, le cambie de montura al Dobson de 33.6 cms., para hacerla más ligera y transportable; en el otoño de 2010, me “enamoré” de un telescopio que vi en un revista de astronomía, el Orion SkyQuest XX14G GoTo Truss Tube Dobsonian (el primer telescopio con montura Dobson motorizada y GoTo); lo mío sí que fue un flechazo y unos meses después , en septiembre de 2011, pudo estrenar este telescopio que es, en la actualidad, con el que normalmente realizo todas mis observaciones astronómicas.
Con respecto al anterior Dobson que tuve, no he ganado mucha abertura un par de centímetros nada más, pero la comodidad de uso y el estar motorizado me permite observar mayor cantidad de objetos de cielo profundo (a pesar de que para mis observaciones de variables sigo con la vieja técnica visual de estrella brillante al objeto centrada en el buscador y por star hoping llego definitivamente al campo del objeto que me interesa observar).
Para proteger el nuevo telescopio Orión y no estar montando y desmontando todos los días el telescopio, estuve dando vuelta al tema hasta que decidí adaptar una caseta de jardinería, de las que se pueden comprar normalmente en cualquier almacén de bricolaje; la elección final fue una caseta de resina a la que después de ser seccionado su suelo y acoplada cuatro ruedas a sus esquinas, me permite mover la caseta, dejar el telescopio al descubierto y cuando termino mis observaciones, vuelvo a desplazar la caseta y zas el telescopio protegido y bajo techo, sin necesidad de mover la pesada montura, montar y desmontar corona y barras, etc.. La caseta del telescopio dispone de aislamiento térmico interior, ventiladores para el frío invernal y calor del estío, parasol, etc. etc. Vamos que no se quejará el “angelito” je.
Mis primeras observaciones con el Orión fueron sorprendentes, ya que a pesar de llevar muchos años observando el cielo, nunca había observado las estrellas y objetos de Cielo Profundo con la nitidez y claridad que el telescopio me mostraba; incluso, y a pesar de ser un sistema óptico preparado para Cielo Profundo, f/4.6, los detalles en Luna y planetas también son espectaculares.
Esas imágenes estelares puntuales de estrellas brillantes, con los cuatro sistemas de líneas luminosas producidas por el soporte del secundario, el ganar cerca de una magnitud estelar, etc. me hizo ver que mi elección había sido muy positiva y que sin ninguna duda sería mi “último” telescopio porque tengo claro que es la máxima abertura que se pueda transportar (lo llevo a las salidas prácticas de mis Cursos Urania, Maratones Messier, eventos especiales como supernovas brillantes y cometas, eclipses de Sol y Luna, oposiciones planetarias, etc.)
Parece mentira que un telescopio de barras y corona, de fácil transporte, no tenga que colimarle continuamente, y una vez desmontado y montado en el sitio de observación, permita observar imágenes prácticamente perfectas de enfoque y colimación… (supongo que será el numerado de las barras de sujección de la corona para que así está siempre queda en la misma posición y con la misma colimación con respecto al espejo primario).
Además, el sistema de motorización siempre se alinea al primer intento y luego los movimientos de la montura “clavan” prácticamente el objeto de Cielo Profundo que busco, sin necesidad de ajustes posteriores. Con 42.900 objetos de Cielo Profundo en memoria, creo que tengo para muchos años de observación.
Las visiones de cúmulos globulares como M 13, cúmulos abiertos como Pléyades y M 11, planetarias como la Anular de la Lira, cúmulos de galaxias de Virgo y Osa Mayor y restos de supernovas como los Velos del Cisne, galaxias activas como NGC 4151, etc. son francamente espectaculares empezando a parecerse a las imágenes obtenidas con telescopios gigantes.
Ya sé que muchos de mis amigos y alumnos me dicen que soy un “gourmet” astronómico, pero amigos míos, son muchos años de observar y ya lo dice el refrán, “más sabe que diablo por viejo que por…”. Entre la óptica del telescopio y el ocular Ethos de 13 mms. que utilizo, las imágenes resultantes satisfacen el “paladar” astronómico del observador más exigente.
En mayo de 2016, encargué en óptica Roma un nuevo telescopio, que espero sea el último y definitivo, je para poder seguir observando mis queridas estrellas variables y también usarlo en mis Maratones Messier y salidas de mis Cursos de Astronomía.
El telescopio elegido fue el nuevo y flamante último diseño puesto en el mercado por la casa Skywatcher, el SW Stargate Synscan GoTo de 20” (0,51 ms) de abertura, f/4, motorizado y con diseño de barras. Cuando desembalé en casa las cajas del telescopio me di cuenta del tamaño y tipo de telescopio que había comprado, jo, qué grande y voluminoso que era el “angelito”…
Jopelines, hasta yo me tengo que subir en una escalera para observar cerca del cenit…
La verdad era que venía muy completito con sus piezas para que no flexionasen las barras, su protector para luces parásitas, tanto a nivel de barras y espejo como de secundario y portaoculares.
Barras fáciles de montar, tensores, “camisa” externa luz parásita, … buena equipación
Lo primero que tuve que hacer fue pensar cómo iba a guardar el telescopio porque en la caseta del antiguo Orión de 36 cms. no cabía… Al final opté por rediseñar la caseta, añadiendo una serie de largueros en el suelo de la caseta para que esta ganase altura, unos 20 cm. y poder adaptar la caseta al nuevo tamaño del telescopio.
Ruedas nuevas y “crecimiento” caseta para albergar a nuevo telescopio…
Una vez rediseñada la caseta, el telescopio cabía, justo, justo, je ya teníamos cobijo para el Argelander…
Objetivo conseguido, cabe justo…
Una vez que el telescopio tenía su caseta preparada, primeras pruebas y colimación final del Argelander. La verdad es que fue dura la tarea, sino llega a ser que mi amigo Antonio del Solar me ayudo en los ajustes finales, quizás no lo habría conseguido…
Las primeras observaciones con el Argelander, fantásticas, Saturno a 350 aumentos espectacular, la Luna no digamos, las imágenes estelares todo un espectáculo con globulares como M 13 y 3 ampliamente resueltos, hasta la imagen de la binaria Albireo presentaba “spikes”…
En magnitud estelar he ganado 1 mg. siendo claramente visibles estrellas de mg. cercana a la 15.
La parte mecánica del telescopio con los encoders y demás parafernalia electrónica como el mando Synscan una maravilla, 10 sobre 10. Va muy suave aún con baja velocidad de movimiento, quizás la única pega que la montura tiene que estar muy bien asentada en los ejes de movimiento (el cable de acero de tensión da “guerra” al instalarlo…) pero bueno una vez todo ensamblado y en su sitio, ya digo que la parte mecánica excelente.
Se me ocurrió una excelente idea para sujetar el mando del Synscan y no tener que estar continuamente con el mismo en la mano, me compré un soporte de pared para bicicletas, y después de adaptar el soporte del mando a la pieza, de maravilla, se puede colgar por cualquier parte, encima de las escaleras, etc. Hay que tener también cuidado con los cables de alimentación del telescopio porque pueden ocasionar problemas en el arrastre de la montura (cables anudados en patas, tensiones, etc)
Base telescopio, tensor cable de acero, horquillas mov. declinación, cables alimentación y encoders
Secundario “Argelander” y soporte-montura mando Synscan
A finales de Julio tuvo lugar la inauguración oficial del telescopio a la que invité a los amigos que me habían ayudado en el “desafío” de instalar y puesta a punto del Argelander.
Sin su ayuda no habría sido posible las primeras observaciones con el nuevo telescopio.
Inauguración oficial del Argelander (de izda a derecha Eloísa, Tomas,mi parienta Stephanie y Antonio del Solar, (gracias a todos por vuestra ayuda)
También quiero agradecer muy expresamente a mi “santa” Stephanie por aguantarme con mis dudas y esfuerzos para el nuevo montaje, así como la asistencia técnica fantástica en la confección de diversos accesorios para el nuevo telescopio, como las bolsas de viaje de las diversas partes del telescopio y protecciones tanto del espejo primario (“txapela” a medida) como secundario.
Funda de tela (txapela) para el espejo primario del Argelander, que manitas tiene la parienta, je
La verdad es que desde que el telescopio está en funcionamiento no he tenido unos cielos muy buenos, todos son calimas y cielos cargados (no es de extrañar con las temperaturas de 40º que “disfrutamos” en las últimas semanas).
En Septiembre tengo pensado sacar el telescopio a parajes oscuros de la sierra madrileña donde espero que el Argelander demuestre todo su ”poderío” y pueda comprobar que en los telescopios, el tamaño sí que importa, je
Detalle parte trasera Argelander con las horquillas de declinación, y celda con espejo primario más tornillos de colimación y contrapesos (parte superior)
Araña del secundario (con protección), corona y estructura barras
Preparados para mirar variables, más madera…
Esperemos que este telescopio se comporte en los desplazamientos como mi anterior Orión, que prácticamente no había que tocar la colimación y se veían los objetos perfectamente enfocados sin necesidad de muchos ajustes posteriores.
Pues nada más, espero que esta corta crónica de mi instrumental astronómico no haya aburrido mucho a la gente, pero creo que conviene mostrar mi evolución como observador, no es cuestión de comprarse el mejor y más caro de los telescopios que haya en la tienda y/o Internet, sino ir poco a poco evolucionando tanto a nivel instrumental como de experiencia y educación del ojo del observador.
Felices noches negras y estrelladas para toda/os, buenas observaciones
Madrid, Julio 2016